Cuando
se monta un corcel
el
alma se abre,
el
espíritu se renueva,
poderosas
emociones surgen.
Cuando
se monta un corcel
gran
sensación de aventura viene,
la
inspiración se mueve
a
un ritmo grandioso.
Cuando
se monta un corcel
todo
resulta vigoroso,
es
un gran gozo
ir
galopando a horcajadas.
Cuando
se monta un corcel
no
se puede evitar
el
gritar Yehaaaaa!!!!....,
el
aferrarse a la rienda
con
gran alegría.
Cuando
se monta un corcel
si
es de carousel,
los
momentos giran en redondel,
es
un paseo espectacular
esta
cabalgata de ilusiones.
Cuando
se monta un corcel
es
un tiempo inolvidable,
una
experiencia única
de
magia y frescura.
Cuando
se monta un corcel
todo
es más bello,
más
exhubertante
pletórico
de motivación,
gracia,
estimulación.
Cuando
se monta un corcel
es
fácil enamorarse
de
lindas vaqueras,
de
preciosos paisajes.
Cuando
se monta un corcel
se
experimenta una poesía,
una
crónica melodiosa
con
estilo de campo.
Cuando
se monta un corcel
se
libera adrenalina pura,
es
libertad profunda,
anhelos
realizados.
Cuando
se monta un corcel
resulta
un viaje vivencial,
es
un estilo placentero
que
preciosamente rompe la rutina.
Cuando
se monta un corcel
te
sientes especial,
siendo
parte de una actividad
que
es elegante,
que
llama la atención.
Cuando
se monta un corcel
las
cowgirls tienen la palabra,
son
niñas que tocan al alma,
que
enseñan lo mágico de cabalgar.
Cuando
se monta un corcel
hay
que dejarse llevar
por
lo precioso de su naturalidad.
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