Llegó
la computadora personal,
en
conjunción con la pubertad.
Mil
antros conocimos,
a
tardeadas asistimos.
Vinieron
los enamoramientos
con
las melodías de La Nueva Onda.
Supimos
de las videograbadoras,
y
series de tv nocturnas.
Timbiriche
alumbró nuestro camino,
fueron
Los Beatles Mexicanos,
con
gran fuerza filosófica.
Cursamos
la secundaria,
odiando
el álgebra,
y
los ejercicios ortográficos de Mateos.
Canasta
de postres,
con
dulces variados,
a
veces abusando.
Menudo
sonaba duro,
Mecano
se le igualó,
como
Pandora no hubó dos.
Pero
muchos desastres acontecieron,
un gran terremoto nos castigó,
y
el Challanger explotó.
El
comunismo llegó a fin
ya
sin Muro de Berlín.
Ronald
Reggan gran figura,
López
Portillo todo un pillo.
Impacto
total fue el CD,
Sony
y Philips lo desarrollaron
en
su soporte pequeño de plástico,
entonces
la música se hizo digital
bajo
la grandeza de un láser
y
los DJS se popularizaron.
Comenzamos
el bachillerato,
escuchando
Rock en Tu Idioma.
Asi
fueron los ochenta,
con
la informática al alza
y
divas que a los ojos enseñaron a mirar.
Diez
años de enseñanza,
diez
años de diversión,
un
decenio de oro
digno
de ser llamado vintage.
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