El niño interno

Es imposible de ocultar,
la edad no importa
pues todos adentro lo traemos,
no es verguenza darlo a notar.



Es áquel que nada le preocupa,
que siempre muestra felicidad
con algún creativo juguete,
con abrazar un muñeco de peluche.


Jamás se cansa de reír
y con que esa sonrisa genial
todo lo alegra,
la maldad para él esta aniquilada.


No es posible engañarlo
de todo se da cuenta,
estimula su imaginación
sintiéndose el rey del mundo.


Suele ser muy travieso
correlón y ruidoso,
más estas emociones
son las que despiertan
sus más grandes ilusiones.


Vive su presente
su aquí y ahora,
formula cientos de preguntas,
miles de locuras
que pinta en paredes
y en incipientes dibujos.


No deja de ser optimista
en el futuro que le espera,
es un gran maestro
que a los mayores estimula.


Es curioso,
inventor de ideas
algunas que resultan
otras tantas
que allí se quedan
y terminan en regaños.


Adora ser auténtico
protege sus creaciones
y no cesará
hasta que alguien 
lo quiera escuchar.


Ama los parques temáticos,
a Superman,
a Batman,
la navidad es su época favorita.


Su filosofía: experimentar,
su esencia:   ser el mismo,
su meta   :    ser dichoso.


Dentro de él
todo es original,
las lágrimas brotarán
si algo lo hiere profundamente.


Niños y niñas
bendiciones del creador,
el nos los manda
para hacer brillar cada alma,
para la ternura hacer renacer.


Seamos más niños,
promovamos el juego,
las sonrisas, la autenticidad.


Y nunca neguemos
que nos encanta serlo,
Chabelos eternos,
Cepillines intelectuales.


El mundo los necesita
le son esenciales
para reinaugurar la paz,
los valores, la verdad.


Por lo tanto,
niñas y niñas internos
les comparto mi objetivo
hacer crecer ese sentimiento,
el chamaco atemporal
que en nuestros corazones atesoramos.