Amor a primera vista,
que
mi alma llenó de alegría,
enseñandóme
a mirar el alma
con
la simplicidad de una mirada.
Has
sido Elisa
la
chiquilla que galopa en mis sueños,
en
su afamado caballo blanco,
mi
corazón sigues alterando,
treinta
años sin verte,
y
tu imagen de princesa renovadora
aún
me taladra el espíritu.
Tus
recuerdos me hacen bailar,
tus
palabras son precioso aliciente
para
inspirar nuevas literaturas,
tuviste
preciosa
ese
encanto embelesante
que
mi ser interno hipnotizó,
y
hasta hoy sigo borracho de amor.
Tu,
Elisa me eres esencial,
musa
para mis cuentos,
vaquera
para mis cabalgatas de imaginación,
brillas
en mis neuronas,
como
la más poderosa leyenda vintage de los años 80.
Rezo
por tu felicidad, Elisa,
por
tu armonía en vida,
y
tu realización plena.
Nunca
dejo de pensar en ti,
en
aquella muchacha
que
me abrió con determinación los ojos
llevándome
a valorar la belleza interna.
Y
es que aún haces tronar mi sentir,
cada
vez que recuerdo tu legado,
aunado
a tu vestido blanco,
y
a tus poéticas lágrimas de oro.
Al
llegar la madrugada me atrapas,
en
música de gran escala,
y
con tus canciones que mi amor por ti aumentan,
diva
de mil estrellas!!!!.
Eres
como tinta indeleble,
imposible
es de ti deshacerse,
archivo
atemporal
que
puede consultarse ilimitadamente.
Ayy
Elisa... Como quisiera volverte a mirar,!!!!
que
mi alma vuelvas a encarrilar,
pues
bastaría contemplar tus ojos
para
redecorar todo mi mundo.
Y
esperando ese momento,
en
mis quimeras seguirás cabalgando
en
fabulosos caballos ,
mi
princesa de la vista ,
con
ese trote elegante
tan
digno de un poema campirano.
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