Doña
nostalgia
te
atrapa de repente,
y
el alma te carcome,
es
como un software atemporal.
Doña
nostalgia
actua
como mecanismo de defensa,
suele
cortar la realidad,
dando
paso a la ciencia de los recuerdos.
Doña
nostalgia
es
fina poesía,
preciosa
crónica,
que
en el ser interno se mete
y
conduce a un lugar llamado pretérito.
Doña
nostalgia,
pegadora
música,
melodías
vintage ,
llevan
muchos años atrás,
todo
vuelve a empezar.
Doña
nostalgia,
cúmulo
de diarios,
repletos
de originalidad,
cuantas
lágrimas vertidas,
cuantos
bellos enamoramientos
y
hasta frustraciones de pubertad.
Doña
nostalgia
es
renombrar
los
juguetes Plastimarx,
los
juguetes Lili Ledy,
las
bicicletas Vagabundo.
Doña
nostalgia
se
reprograma
en
la capacidad neuronal,
porque
es un gran clásico
que
revive en cada pensar.
Doña
nostalgia,
un
rinconcito apartado,
pletórico
de pedacitos del ayer,
cofrecito
de sorpresivos tesoros
que
a veces hay que abrir
para
retroalimentar el ahora.
Doña
nostalgia
permite
recurrir
a
los éxitos y glorias pasados,
para
revalorar la autoestima.
Doña
nostalgia
ejerce
poderosa influencia
en
la psicología y filosofía,
increíble
inspiración es para
literatos
y músicos.
Doña
nostalgia
se
suele activar
al
recordar viejos amores,
antiguas
canciones de infancia.
Doña
nostalgia
me
hace recordar a Elisa,
La
Princesa de la Vista,
gracias
a ella me es posible
volverme
a enamorar.
Doña
nostalgia,
vuelo
en avión clásico
por
lo mejor de nuestras vidas,
en
horarios de fabulosa lucidez.
Doña
nostalgia,
sentimiento
que se clava
en
lo más grato de las centrañas,
algo
que en nosotros se ha quedado,
una
película que jamás terminamos de ver.
Doña
nostalgia
te
oprime el corazón,
el
espíritu te proyecta,
es
magia literaria
que
los ayeres aclama.
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