Quisiera
una princesa,
de
sangre vienesa,
que
baile el vals con destreza,
que
llene mis escritos de belleza.
Quisiera
una princesa,
que
inspire cuentos de verdades,
que
prenda luces en las almas,
que
haga las mentes vibrar,
y
de alegría a los corazones.
Quisiera
una princesa,
con
cara de muñeca,
ojos
verde mar,
que
sea una sirena especial.
Quisiera
una princesa,
como
esas que Disney idealizo,
como
la bella Elisa,
como
la preciosa Alejandra.
Quisiera
una princesa,
con
cuerpo de diosa,
pensamiento
de mil estrellas,
brava
como el mar,
floreciente
como la primavera.
Quisiera
una princesa,
a
quien encontrar en un castillo
bajo
el encanto medieval,
que
a su mundo me quiera llevar.
Quisiera
una princesa,
que
monte a caballo
con
la velocidad del rayo,
verla
montar en alazán,
y
en trotón volador.
Quisiera
una princesa,
como
Debby Rayan,
de
mirada tierna,
y
de mi primer grado aventurera.
Quisiera
una princesa,
dicharachera
y querendona,
que
ame la paz,
la
bondad y el altruismo.
Quisiera
una princesa,
que
sea muy rica
en
virtudes y valores,
en
inteligencia y sabiduría.
Quisiera
una princesa,
que
guste de cabalgar
en
finos carouseles,
bajo
la magia de la filosofía.
Quisiera
una princesa,
super
cantadora,
que
sea el aderezo
de
cada una de mis páginas literarias.
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