De
ser presidente
enfatizaria
verdades,
inculcaría
en el pueblo
el
aprender a enfrentar
cada
uno de sus miedos.
De
ser el Dalai Lama,
invertiría
mi lana
en
alguna editorial
que
publicara libros
en
pro de enseñar amar al prójimo.
De
ser Carlos Slim,
daría
algún millón
para
fundar una escuela
que
diera sólida formación en valores.
De
ser político,
buscaría
los puntos críticos,
no
perdería la fe
en
que alguien inteligente me escuchara.
De
ser un cirujano,
estudiaria
la técnica a diario,
haría
cortes muy precisos
con
el bisturí más revolucionado
De
ser Jefe del DF,
todos
los peceros para afuera,
camiones
Mercedes Benz
para
un transporte eficiente.
De
ser Chespirito,
el
Chavo ya sería muy, muy rico,
mil
tortas de jamón tendría
para
invitar a sus amigos.
Yo
sólo soy un escritor,
un
literato de pasión,
que
quiere ser inspiración,
para
presente y futuro,
para
jóvenes y adultos.
A
veces soy historiador,
nostálgico
de profesión,
y
me enamoro fácilmente
de
las princesas medievales.
Yo
quiero ser reformador,
de
los principios del amor,
de
la buena educación,
y
enfrentar la realidad
sin
quererse matar.
Por
eso sigo siendo
un
creador de pluma y cuaderno,
dos
cosas esenciales
que
a mi vida dan felicidad.
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