Exactamente un mes después de la muerte del Tío Arturo, nos tocó vivir nuevamente la misma experiencia ,esta vez con la Abuela Lupita, quien murió el día 13 de febrero de 1999 en la madrugada, el viernes anterior todos habíamos estado en su casa con ella, en espera de noticias ,pero mejor decidimos llamar a un padre para que la bendijera.
Nos despertamos aquel domingo con esa terrible noticia, y nuevamente nos alistamos para ir a Gayoso Suliván, si la muerte del Tío Arturo nos puso tristes, esa fue aún más grande, y sin duda f mi papá y el Tío Pedro estaban inconsolables.
Vinieron los parientes de Córdoba a estar con nosotros, también nos acompañaron Mi Tío Ramón y los Becker,, esta velación fue el llanto total ,todos serios, y no para menos, pues nos dejaba para siempre una gran persona que siempre luchó por seguir adelante y que a mi propio juicio también se merece el mismo lema de mi bisabuela, “Imposible olvidarte”, hizo mucho durante su vida, también sufrió bastante ,pero salió adelante.
El abuelo Alfonso ya podía sentirse en paz, se iba con el su compañera y estarían ahí siempre unidos en la felicidad eterna en el cielo.
El día de su partida, 14 de Febrero no fue precisamente de la amistad, sino de tristeza , y del recuerdo de la abuela y madre que nos dejo como legado una gran familia y un gran recetario de comida, que hoy recordamos en todas las Nochebuenas.
Yo no fui testigo, pero cuentan que su cremación fue una experiencia muy amarga ,para los que la vivieron de cerca. El tío Pedro no quería dejarla ir, la misa ya con los restos presentes fue sumamente emotiva.
Nos fue imposible reprimir las lágrimas esa noche, en la urna , la Tía Mary nos la contagió,, pues jamás olvidaría su madre ,- Ya la tienes por siempre en tu corazón – le dijo alguien.
La tía Pita también visitó la urna del Tío Arturo ese día , haciendo aún más grande esta pena , pero contentos a la vez porque ya están en el cielo, y en la gloria de cada uno de los que los amamos.
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