7-.4º año dos
Lo que más le admire a Miss
Zoila es la paciencia que siempre nos tuvo. En todas las materias invertía un
poco más de tiempo para el que no entendiera.
Durante los tiempos libres
nos metíamos al baño a oír discos de Pink Floyd , Kiss, Queen, ACDC y los que
estaban de moda.
Tuvimos también otra maestra
de inglés llamada Rosi, con ella organizábamos salidas los viernes en la tarde
a Plaza Satélite, comíamos en Helens y asistimos al Túnel del Tiempo, nos
gustaba mucho y lo repetimos muy seguido, hubo laberintos , y en uno de ésos yo
me di un tremendo guamazo al entrar.
Esta actividad nos mantuvo juntos todo el periodo.
Otra de mis mejores
experiencias fue una ocasión en que saqué la calificación más alta en Ciencias
Sociales. Todos me aplaudieron menos los gemelos Rosales. Y en otro suceso que
se dio continuamente, me aplicaban la ley del hielo, es decir no me dirigían la
palabra, por lo tanto me sentía hostil ante el grupo.
Miss Zoila fue la primera
que apoyó mi escritura, teniendo la genial idea de un cuaderno, al que tituló:
Cuentos y ocurrencias de Alfonso. Cuando escribía en él, los demás me aventaban
papeles mojados.
La Sra Villa era la
encargada de organizar los números musicales en los festivales de fin de año.
Decían que quien no participara en dicho evento reprobaba Educación Artística,
pero sólo fue un rumor. Todos formamos parte de él.
Educación Física nos la
impartía una docente llamada Adelita, famosa por estar vestida siempre con un
suéter blanco. Nos ponía ejercicios muy cansados, aunque muy prácticos, pero
dolían mucho. Nos hizo comprar unos palos de madera y pintarlos de color azul,
con ellos hacíamos cosas con la manos resultado muy agotador.
Solía usar un silbato para
controlar al grupo. Poseía un genio de mil demonios y no permitía ninguna
equivocación. Usaba asimismo dicho sistema para hacer las rutinas de
ejercicios.
Yo nunca destaque en esta
asignatura, aprobaba con ayuda y con la realización de trabajos de
investigación de los diferentes deportes. Eso fue algo que Adelita nunca me
perdonó.
Mayté empezó a sentir gran
interés por mí. Todas las tardes me hablaba para pedirme las tareas y me
perseguía por la escuela y la sala de la casa de Trini. En esta etapa
acostumbraba gritar de manera alarmante como mecanismo de defensa. Todos menos
yo se burlaban de ella.
Una tarde que me llamó, yo
no quise contestarle. Memo me hizo el favor de hablar con ella. Solamente
quería que le pasara un dato sobre la Guerra de Los Pasteles, conflicto entre
México y Francia en 1861. Hasta su mamá se comunicaba conmigo muy seguido.
Otro de mis grandes cuates
fue Jorge Berriel, una persona muy inteligente que destacaba en matemáticas y
Educación Artística . Era muy bueno también para el dibujo. Yo me iba con él
cuando no comprendía algo. Su papá, el doctor Berriel tenía una clínica en
Obrero Mundial, llamada La Piedad. Venían por Jorge en un Gremblin gris.
Traía una lonchera del
Abismo Negro, Black Hold , la famosa película de Disney. Una vez se realizó un
concurso de Educación Artística , en el que se había que hacer coches. Jorge
hizo uno muy bonito con una caja de detergentes, yo inventé otro con una caja
de zapatos y use algunos artículos de plástico y papel aluminio. Me quedó
bastante bien.
Jorge y yo compartíamos
todo. Hasta nos hacíamos bromas en la que Zoila también participaba. Alejandro
se molestó por esto, ya que pensaba que yo la había abandonado en cuanto a su
amistad.
Todos los chavos del Romera
sentíamos una fuerte atracción por una niña muy guapa llamada Alejandra Amador
que entro en ese año, una chaparrita, guerita de ojos azules que nos cautivó de
verdad. Gozo de gran popularidad durante mucho tiempo. Conmigo tuvo mucho que
ver, estaba en todo lo que hacía, bien o mal y me ayudo para todo.
Otro de los orgullos del
colegio fue Daniel Padilla, a quien no le fallaba sacarse la excelencia cada
ciclo escolar. Fue al alumno que más envidia le tuvimos por su grandioso
rendimiento académico , lo mismo puedo decir de Tina Randall, alumna que
competía con Daniel por la presea.
Cuando terminé el 4oaño
obtuve tres medallas: Conducta, al mérito y asistencia, las cuales me hicieron
sentir muy orgulloso y alegre. En el inter entre 4º y 5º Benjamín comenzó a
trabajar con nosotros y compramos el Volare K , que salió muy bueno. Era el
verano, 1983.
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