Los campos Elíseos,
lucen preciosos,
en los tórridos veranos,
en los candentes inviernos,
de esta metrópoli gala.
Caminaba por el Paseo Montejo,
cuando te topé con tu dulce embeleso,
mi bella sureña,
diste colorido a esta avenida de la blanca capital.
Por el embelesante Gran Vía,
vislumbré una alegre mora,
con ese encanto castizo,
digna de gritarle,
guapa, guapa, guapa,
al estilo de Juan Legido.
El Strip de Las Vegas,
invita a aventurarse,
a cultivar emociones fuertes,
porque con sus lámparas centellantes,
aviva el fuego de existir.
Reforma es grande,
Reforma es Señorial,
toda una plazuela del Viejo Continente,
con el orgullo de ser mexicana.
La Quinta Avenida,
un disfrute internacional,
gran variedad de acervos,
sofisticada cultura globalizada.
Fantasyland,
se puede considerar,
la central de los mayores sueños,
la corona el Prince Carousel,
donde las princesas galopan deseos.
Romántica suele ser,
la Calle de Alcalá,
pletórica de elegantes flores,
que portan niñas airosas,
de fina coquetería ibérica.
Las avenidas de París,
tienen eso,
eso que se llama amor,
que sublime festejo le atribuyen,
las cautivantes madmoaselles.
Calle Júarez,
patrimonio de la humanidad,
crisoles que unen presente y pasado,
aquí la historia jamás termina,
cada amanecer se renueva,
fundida en la exhuberante potencia azteca.
Adoro el French Quarter,
presente en una ciudad genial,
la Birth Place of Jazz,
con sus tres sabores: caribeño, francés y español,
brilla en su esencia melódica.
El Rock and Roll está vivo,
el Rock and roll aún fluye,
enclavado en el Elvis Presley Boulevar,
que sus éxitos sigan sonando,
al compás del legado del rey.
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