El chavo del ocho llegó a la
vecindad
sin haber conocido lo que es
desayunar,
la torpeza lo atrapó,
y al Señor Barriga guamazo le
toco.
Y es que al niño se le chispotea
con frecuencia
eso le causa profundas penas,
pero no lo puede evitar,
por culpa del hambre todo le
puede pasar.
Ama las tortas de jamón,
pero nunca tiene dinero para
apoquinar
por lo tanto su estómago
reclamará.
Dice que nadie le tiene
paciencia,
él intenta no desesperarse,
pero los adultos lo sacan de
quicio,
no comprenden su forma de
actuar.
La mayoría le quiere hacer un
juicio
porque su inocencia no han
comprendido.
Su casa es un barril
donde se suele esconder,
lo vienen a buscar
para que con los amigos salga a
jugar.
Anda con ropa de ropavejero
completamente rellena de
agujeros,
una gorra remachada
que le significa enorme mancha.
Al llorar emite un Pi,pi pi…,
sus lágrimas no puede contener,
derrama simpanía
aunque se piense que es
debilidad.
El Chavo representa la pobreza
Aquella que con luchar gana,
Quico la considera de la chusma,
no obstante, es un ser valioso,
pues en su alma está su gozo.
Sus juguetes son muy originales
Hechos con madera barata,
sin embargo a él le encantan,
lo colman de gracia
porque son más valiosos
que algo sin sentido y caro.
Este ser es tierno,
y a pesar de su desaliño,
anda siempre contento,
lecciones de humanidad ha dado
a los televidentes cautivado.
Chespirito dio en el clavo
con este personaje que
Iberoamérica ha conquistado,
a cada rincón ha llegado,
y a los valores retornado.
A la Vecindad del Chavo
deberíamos asistir,
como una lección de amistad que
queremos difundir,
en ella existe la felicidad,
la armonía y la paz,
son prácticas que hoy deben
resucitar.
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