Es muy capaz,
de hacernos lágrimas verter,
por algún recuerdo,
por amores vividos con profunda entrega.
Desata la magia,
la alegría de tiempos de antaño,
papeles con sorprendente luz,
que avivan los archivos mentales.
No resulta nada sencillo,
de ellas deshacerse,
porque narran historias,
pletóricas de fuertes emociones.
Y es que hablan por si solas,
sus multifaceticos colores lo dicen todo,
tesoros invaluables,
viajando entre nostalgia y presente.
Imágenes inspiradoras,
entre lo pasado y lo actual,
entre fiestas y eventos,
no tienen tiempo.
Arte grande,
arte fabuloso,
llevando en cada exposición,
una cautivante belleza.
Nos muestran los mejores momentos,
sin necesidad de palabras,
pues cada una,
expresa un poderosos sentimientos.
Revive cada década pretérita,
en tiempos actuales,
es como la música,
grande para el ayer,
hacer regresar.
Y sigue circulando,
en su formato digital,
en su clásico blanco y negro,
y hasta en lo vintage,
comienza a destacar.
Fuente preciosa de inspiración,
para poetas y músicos,
obra maestra incalculable,
para los estudiosos de la historia.
Gran inversión siempre será,
adquirir una cámara,
maravillosa caja,
que capta grandiosas escenas.
También la mente es así,
un espectacular aparato fotográfico,
capaz de tomar,
los triunfos y sin sabores de la vida,
aunque físicamente no se vean.
Las fotos estimulan,
las fotos agrandan la realidad,
dan entrada a la imaginación,
enseñan amar la naturaleza.
Es por eso,
que Eastman Kodak,
Polaroid, Konica, Minolta,
Samsung y Sony,
merecen hoy un nutrido homenaje,
por crear una hermosa ciencia,
la del papel que habla,
que dice millones de cosas,
con el simple hecho,
de una imagen admirar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario