Chaparrón Bonaparte
esta loco de remate,
muchas chiripiocas le dan
con golpes se le han de quitar.
Siempre está en lo cierto
aunque sea un desconcierto.
Lucas Tañeda
anda demente,
sin claridad ni verdad,
disparates
suelen hablar
a los demás
acostumbra desesperar.
Son un par
de orates,
viven en su
mundo transtornado,
de la
sociedad alejados.
Juntos
siempre están,
no
comprenden la realidad.
Aún así
irradian simpatía,
con sus
cientos de manías,
nunca saben
donde están,
dicen
incoherencias que hacen carcajear.
Se dicen
licenciados,
creen ser
muy abusados:
“No hay de
queso, nomás de papa”
así se
figuran las cosas.
Cuando salen
a la calle
entran en
trance,
hasta
molestias suelen causar,
la gente los
aguanta hasta reventar.
No andan muy
bien,
pero no
están del todo mal.
La vecina
azúcar les pedirá
lo cual
aprovechan para vacilar.
El manicomio
han podido evitar,
aunque ya
están cerca de llegar
y es que se
compartan con sinceridad,
algo en lo
que han llegado a destacar.
Tienen una
fantasía desbordante,
una
imaginación sensacional
hasta al
mismo pasado pueden retornar.
Son
personajes clásicos
con un
marcado encanto,
popularidad
internacional
Latinoamérica
lo sabe admirar.
Chespirito
los creó,
logrando
establecer el buen humor.
Son un
genial invento
Dos cómicos
de encuentro.
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