Mirada de princesa,
vestido blanco de encanto
así te miré una vez,
fácilmente me lograste enamorar.
Con hermoso arte me enseñaste a mirar,
la luz hiciste en mi,
desde entonces no te he podido olvidar,
Elisa de mi corazón.
Aún te recuerdo con tus pants,
tus cabellos gueros al aire,
con enorme alegría te hacías presente
hablando de tus ilusiones adolecentes.
Me pregunto dónde estarás,
oh, dulce niña que inspiraste,
hiciste crecer mi vida,
la llenaste de intensidad.
Hoy quisiera volverte a mirar,
Besar tu alma blanca,
Admirar tu andar,
pero sólo consigo abrazar tu recuerdo.
De cualquier manera sigues en mi,
paseando en los archivos de mi memoria,
eres el ángel de mis noches,
mi música al amanecer.
Lucero de inspiración,
te entregaría todo lo que soy
si te volviera a encontrar,
te propondría el más precioso amor.
Por eso Elisa vives en mi alma,
eres esencial en mi existencia.
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