Tanto me enamoraste
que de mi corazón nunca
podré apartarte,
has sabido llenar mi alma
con tus artes de fabulosa
luminaria.
Te sueño cada madrugada,
que tu cabalgas bonita y
airosa
en caballo lucero,
y tu montar es mi poesía.
Así al galope toda mi
emoción coronas,
porque lo eres todo: vaquera
y princesa,
reina y duquesa,
inspiradora y musa,
esencial para la literatura.
Además tu nombre es
celestial:
Angélica te tenías que
llamar.
Mil parodias has realizado,
Que noche has protagonizado.
Ojalá que contigo me topara
para gritarte con ilusión…
guapa, guapa, guapa…
al estilo de los Churumbeles
de España,
después invitarte a montar
en primoroso carousel
musical,
serás mi cowgirl especial.
Por ahora sólo te miro en
pantalla chica,
esperando me des la alegría
de estar a tu lado alguna
vez.
Te escribiré, escribiré,
mi inspiración será
inagotable
mientras tu actuar ilumine
mis mañanas.
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