Para reír con ganas se presta,
para hacer olvidar las penas,
filosófico y chusco a la vez.
Sus ocurrencias son geniales,
sus stetektches originales.
Es un buen tipo,
con una mente muy grande.
Admiramos al Maestro Hoyos,
con sus profundas definiciones,
el Oigameno y sus reclamaciones.
El preguntáme se pasa de listo,
y a ésos peluches como le gusta pelear,
es jocosamente sensacional,
difícil de olvidar .
Capaz de crear confusión,
hasta la misma solución.
El alemán Putterheimer,
como nos hace carcajear,
quejándose de nuestra forma de hablar.
Un erudito de la comicidad,
que con su trabajo nos alegra los días,
siempre muy vigente en la vida nacional.
De moda jamás pasará,
muy popular en eventos internacionales,
cada viaje nuevas ideas le aporta.
Un aplauso para Eugenio,
ya que es fantástico, creativo, emocional
y universal.
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