El fallecimiento del Tío Ramón

No hay duda, fue algo sorpresivo. Nadie lo esperaba. El caso es que fue muy doloroso, pero se afirma que él ya no quería estar aquí. En últimas fechas se había aislado de todos, ya no iba a las cosas de la familia, y se la pasaba encerrado en su cuarto.

Un Hospital  de esta capital , fue empeorando cada vez más, y es el tío Moncho tenía pavor a los nosocomios ,lo mismo que a los elevadores.

Yo crei que se iba a salvar, pero fue como siempre suele pasar, la voluntad de nuestro Señor se lo quiso llevar al descanso eterno,

 Murió y nació un 21 de agosto de 1951 y 2008 respectivamente. Dedicó su existencia a la amistad, a sus hijas, a sus padres y  sus sobrinos. Fue siempre un apasionado de la música, poseedor de una gran colección de LP´s y una mezcladora.

Obtuvo el título de CPA en 1980 en el ISEC con una tesis sobre auditoría en una empresa periodística. Desempeñó su actividad profesional en Ania Pignol y Asociados,  despacho contable que el abuelo dejo a su cargo algunos años antes.

Nos pegó muy duro su deceso, lo cierto es que jamás se dejo ayudar, por más que lo intentamos, Ricardo incluso le escribió una carta , ofreciéndole todo el apoyo que le hiciera falta.

No obstante, como vela que enciende y apaga, nuestro tío fue decayendo cada vez más, hasta que murió y paso a ser más que un recuerdo, una leyenda entre los que lo quisimos.

Y nuevamente tuvimos que enfrentar a la muerte, como el final del camino, que invariablemente llega y lleva ante la presencia del Señor, para rendirle cuentas y empezar a formar parte de su reino espiritual.

Murió a las 6.30 hrs. Del jueves 21 de Agosto, precisamente el día de su cumpleaños número 57, un día  triste para todos nosotros, que empezamos a vivir el duelo.

“Pareciera mentira “ que ahora sea un difunto, como dice aquella canción de Alberto Cortez,  pese a ello tenemos que enfrentar la realidad.

A la capilla 1 de Gayosso Sullivan, donde se llevo a cabo el sepelio, se dieron cita cientos de personas entre familares, amigos y empleados del despacho que acudieron a darle el ultimo adiós. Las llamadas de la familia de Veracruz no se hicieron esperar.

Y es que fue un gran tipo, un hombre con carisma y calidad humana, que siempre estuvo dispuesto a ayudar en todo lo que le fuera posible, ¿Quién no lo recuerda mezclando la música en las reuniones familiares?, ¿  u organizando relajos en Oaxtepec?, ¿en las exposiciones de perros? ……

Pasará un buen tiempo para que podamos recuperarnos totalmente de esta enorme pérdida. Debemos entender con filosofía e inteligencia que el “Ya se ha bajado de la barca de la vida”, hoy nos toca navegar sin él.

Sus restos reposan en la Iglesia de San Felipe de Jesús en Ciudad Satélite, donde el Señor los ha cobijado y tendrá siempre en su gloria.

Ramón sigue en nuestros corazones, porque su alma esta presente. Las personas mueren cuando se deja de pensar en ellas, por lo tanto él esta vivo, avivando nuestros recuerdos.

Lloraremos su partida, no obstante, el estará siempre con nosotros, en nuestro espíritu y mente.

¡Que Dios te bendiga querido Tío Ramón!.