A la abuela Lita le agarro la muerte chiquita,
le dio un zarpazo mientras tocaba el piano y se la jalo de la mano.
Una calavera azul la abordó cuando interpretaba Veracruz.
Las melodías de Lara le salieron de la nada,
para tratar de impresionar a la calaca.
“Deseo que me complazcas, Lita- le dijo. Toca para mi las bellas melodías de Curiel para que pueda serte fiel. Las de Lara me hieren el alma.
Aquí me tienes postrada en tu piano, para ser de la música artesano y admirar tu arte tan grandioso como un ser talentoso.
La muerte suele ser musical,
sin nada exagerar.
La calaca quiere bailar,
para su arte expresar,
y así poder contagiar,
a todos los quieren danzar.
La muerte está siempre contigo,
recordándote tu destino,
para que estés en el brillo,
de las notas de tu hermoso rítmo.
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