Prince
Charming,
en
Fansatyland,
no
hay chica vaquera que no lo monte,
las
almas buenas
lo
adoran
Flying
horses,
el
más antiguo de Norteamérica
donde
todo es ciencia,
magia
atemporal.
King
Arthur,
el
clasico de Disneylandia,
ahí
las ilusiones galopan,
el
espíritu se renueva.
Carousel
Musical,
que
en Chapultepec está,
no
hay modo de resistirsele
tiene
un encanto fenomenal.
Tiovivo
de Great America,
dos
pisos de diversión,
en
él lindas amazonas encontrarás
para
con lujo galopar.
En
Phier 39
existe
un carousel feliz,
estilo
vienés
repleto
de lindas emociones.
París
bien dotado está
de
tiovivos y merry go rounds,
todos
en la onda romántica están
con
madmoaselles que lo vienen a montar.
Y
Six Flags sin caballitos no se quiere quedar,
por
eso tiene calesitas especiales,
donde
las niñas warner enamoran
en
corceles blancos y mágicos.
La
calesita argentina
toca
tango,
y
sus caballos gauchos
cabalgan
sus embelesantes notas.
Carousel
vienés,
con
alazanes que danzan valses,
montados
por vaqueras europeas
que
divinamente los jinetean.
Carousel
español
que
gira con poética melodía,
que
al ritimo de chotiz y zarzuela,
trota
por la existencia.
Carousel
mexicano,
pletórico
de encanto,
con
trotones verdes, blancos y rojos,
muchachas
tapatías, norteñas y jarochas los cabalgan.
Carousel
de Central Park,
gran
fiesta será,
son
pencos de elegancia
que
el alma regenerán.
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