Encargado por Hitler,
diseñado por Porsche,
el Auto del Pueblo,
el de la
Potencia con Alegría
que al mundo causo simpatía.
Wolsfurg lo vio nacer,
y de ahí a
todo el orbe se esparció,
su forma de
escarabajo
le dio
fenomenal atemporalidad
No deja de
ser romántico,
y popular a
la vez,
motor
enfriado por agua,
claxon
chillón.
En Brasil se
llamó Fusca,
En México
Sedán,
En
Inglaterra Beatle.
Disney lo
utilizó
para
protagonizr al Gran Herbie,
con el
número 53,
un auto de
corazón.
Dicen que
todo lo aguantaba,
De acuerdo a
sus anuncios de gran fama,
Poco cambió
Por eso su precio conservó.
A tierra
Azteca llegó en 1954,
para
promocionar la Carrera Panamericana,ó
y en 1973
comenzó la producción nacional.
Llegó al millón de unidades, en 1980,
jamás
perdió su esencia,
muchos menos
su esencia.
Al Ford T se
le igualó
en nivel de
aceptación,
Alemania y
Brasil dejaron de fabricarlo,
México le
fue muy fiel
Hasta el año
dos mil tres,
Cuando de la planta de Puebla
salió la
última unidad
llamada
Edición Especial,
la Diana y
los mariachis lo despidieron,
porque su lugar nadie lo ocupará.
Quien dice
que un auto
no causa inspiración,
es cúmulo de recuerdos,
de memorias vintage,
de épocas de gloria
y hasta remembranzas de niñez.
El Sedán ya no está,
pero su espíritu clásico
sigue siendo básico
para la industria automotriz.
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