Poco después de haber terminado la primaria ,mis papás decidieron viajar a Dallas e invitaron a los Becker , el viaje era sin hijos así que decidieron aprovechar la buena voluntad de los abuelos para dejarnos a su cuidado, por supuesto ellos lo hacían de buena gana, pues le agradaba la idea de pasar con sus nietos unos buenos días.
Estábamos viviendo el verano de 1985, sin imaginar siquiera que en Septiembre un tremendo sismo castigaría severamente a la ciudad, eran tiempos en que Ricardo y Gerardo hacían travesuras ,y se peleaban a cada rato ,causando a Mon muchas angustias
Cada vez que estallaba una treta entre los primos “Ardos”, como les decía el Tío Ramón ,el abuelo los amenazaba con que los iba a “encerrar en la azotea”, también se ponían a jugar con sus autos en el piso y lo rallaban.
Tita fue la que más fiestas nos hizo, recuerdo que nos llevó al cine Estadio a ver el patrullero 777 y King Kong, a lo que Mon aconsejó que nos lleváramos un baigón ,porque ahí había bichos.
Una vez el cine nos encargamos de armar todo un relajo, sobre todo en la de King Kong. Los asientos eran muy amplios y nos sentamos enfrente de la pantalla. Teníamos al famoso gorila justo enfrente, cosa que aprovechamos para gritarle toda una serie de palabras , sobre todo Gerardo y Geraldine , ¡Tirarle la chancla!- le gritamos cuando quería destruir un edificio. Tita trataba de calmar al eufórico Gerardo pero poco pudo hacer.
Anduvimos con la abuela Lita en el Chevel verde que era su único auto para su uso personal, y estaba muy cuidado.
Nuestro abuelo nos compró también muchas revistas y cuentos en el puesto de la esquina, estaban de modo los magicuentos, nos peleábamos por ellos ,sin embargo, llegamos a un acuerdo.
Una tarde en que mis primos Alejandro y Memo vinieron a comer , nos dedicamos todo el rato a cantar melodías de Agustín Lara con Mon, esta fue la primera vez que quedaron impresionados con las letras que me sabía.
Durante este tiempo estuve asistiendo a un curso de verano en el IEP, con Francisco ,Elisa y una simpática gordita que se llamaba Zaida, el atrevido de Francisco se dedicaba a espantarlas en el museo de Cera.
Algo que recuerdo muy bien es que Francisco se cortó la mano con un vidrio que rompió jugando fútbol su cortada fue muy seria. Trini le puso una tremenda regañiza, pero a pesar de ello se preocupó por él y los llevó al hospital de enfrente, el Santa Fe. Le costó 5,000 la curación.
Otra cosa que también hicimos fue jugar guerras de colchones en un cuarto oscuro que no usaban en la planta alta del Instituto, eran verdaderas batallas campales.
Yo seguía cautivado por Elisa , y no tarde en descubrir que también le gustaba a Francisco , por lo que muy pronto me sentí en competencia, pero a su vez a ella le encantó Ricardo, tengo que aceptar que llegue a sentir muchos celos.
Por las tardes ,después del Curso me la pasaba leyendo en mi cuarto de la Casa de Tita y Mon y siendo testigo fiel de todas las peleas de Ricardo y Gerardo, quienes se escondían de mi.
Y así hemos vuelto a esta casa varias veces más, a la casona como dice mi abuela, en donde hemos tenido muchas experiencias, desacuerdos, buenos y malos momentos pero que unen a nuestra gran familia.
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