En Abril de 1999 me fui para el Puerto Jarocho esperando tener una nueva oportunidad en el mundo de las agencias de viajes. Esta vez la prima Lola de mi papá me la dio en su filial de Veracruz.
Así que me despedí de mi familia en la capital y tomé un domingo un camión UNO hacía este paradisiaco destino del Golfo de México.
Me presenté al lunes siguiente en la agencia ubicada entre España y Martí. No tarde mucho en familiarizarme con ella, esa primera jornada no hice absolutamente nada , más que conocer el movimiento y los clientes principales.
Viví solo en el departamento que teníamos en Los Arcos, me la pasaba muy bien yo solo, hasta fui al super y no me costó nada de trabajo comprar lo que hacía falta para las comidas.
También caminaba por las calles del puerto cuando me mandaban a dejar o recoger boletos, no me importó el intenso calor. hubo muchas ocasiones en las que me perdí ,pero llegué a cumplir con mi obligación.
Conocí a los 3 vendedores Estrella que Isabel, la gerente de la agencia había contratado: Miguel, Enrique y Carlos, quienes anteriormente habían tenido su propia agencia de viajes. Me lleve muy bien con ellos el tiempo que trabajé ahí. Ellos me ayudaron mucho con el sistema Worlspan que tenían contratado.
Prácticamente mi labor fue de mensajero, porque tampoco me permitieron mucho meterme con las ventas ni las reservaciones, aunque le vendí un boleto a Alfredo Sousa , con la ruta Veracruz- México- Guadalajara-México- Veracruz que pagó con tarjeta de crédito bancomer.
Celebramos juntos el día del Agente de Viajes, un representante de Aeroméxico nos trajo un delicioso pastel que saboreamos mucho.
Isabel era una cordobesa de corazón. No soportaba para nada el calor del puerto, para ella Córdoba era lo máximo, pero definitivamente estaba en un error, no hago de menos a la Ciudad de los 30 caballeros, pero Veracruz tiene más cosas.
Una de mis malas experiencias fue el no haber podido encontrar nunca ni a mis primos ni a Rubén Rodríguez, por lo que los domingos salía con mi Tío Ramón y Pilar al cine a Plaza de las Américas y a comer, y en las tardes me la pasaba en la alberca que para mi era un verdadero paraíso.
Estando yo en Veracruz, nuestra situación económica comenzó a declinar seriamente. Así me lo comunico mi madre cuando me hablo un domingo en la noche. Esto me preocupó mucho. Yo ganaba tan solo 1,500 mensuales y poco podía hacer para resolverlo.
Hubo ocasiones en que llegue a sentirme muy solo los fines de semana en el departamento, para olvidarme un poco me metía a la alberca pensando en lo que podría ser el futuro de nosotros.
Se realizó una cena –baile de aerocaribe en el Hotel Intercontinental con el objetivo primordial de dar a conocer los nuevos paquetes de esta empresa filiar de Mexicana de Aviación. Nosotros asistimos , nos dieron mucha folletería y presentaron nuevos destinos.
Mis compañeros de trabajo no me dejaban irme , ya eran las 2, am ,y ellos querían seguir tomando licores, pero finalmente me les pude escapar , además como tenía un biper, mi mamá me dio mucha lata esa noche ,”No se donde estás”- Me decía en sus mensajes , y me tuve que reportar con ella.
En un lugar como Veracruz no es fácil hacer dieta, sin embargo, como yo caminaba mucho, casi no subí de peso, además el calor me ayudaba bastante.
El Tío Ramón compró varios boletos para ir a México, en esos tiempos estaba viviendo allá , pidió pago a crédito y costó trabajo poder cobrarle.
En algunas ocasiones también vi a mis abuelos y a mis primos, fui 2 veces a comer con los Rodríguez y con los Belchez y me enteré de sus chismes y líos familiares.
Carlos me vendió muchas cosas, entre ellas unos cassetes de Rock, una pluma y hasta un manual de Worlspan., y Enrique hasta las uñas me cortó.
A mediados de Agosto mi mamá anunció una visita a Veracruz ,me dijo que vendría a una reunión rotaria, pero no fue así , me vino a decir que Lola había decidido contratar un comisionista y quitarme a mi porque las entradas de la agencia estaban bajas. Esto me cayó muy gordo, y hasta grité con toda furia.
Le fui a decir unas cuantas verdades a Isabel , me parece que la hice pensar un poco, porque se quedó boquiabierta. Me despedí de mis amigos y dije adiós al puerto, donde supe por primera vez lo que era vivir solo.
Mi estancia en Veracruz duró poco más de 4 meses. Estuve muy bien, aunque bastante solo pero “No me arrepiento”. Conocí lo duro que puede ser la vida.
Desde entonces no se que fue de esa agencia de viajes de Lola Ross , a mis amigos Enrique, Carlos y Miguel no los he vuelto a ver, les voy a hablar a ver como les va.
De Lola Ross e Isabel no he vuelto a saber nada, ¿Debo pernonarlas?.
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