Otra de las cirugías ortopédicas más impresionantes fue la practicada a mi primo Reynaldo en las piernas, a pesar de que era necesaria la habían pospuesto durante mucho tiempo, no se si por motivos económicos o por intentar otros tratamientos distintos del quirúrgico.
No les quedó otra, el 15 de abril Reynaldo ingresó en el entonces Hospital Humana del Pedregal a las 7 de la mañana. La operación comenzó a tiempo, nosotros llegamos más tarde y encontramos a todos en la habitación correspondiente en espera de noticias del cirujano en jefe.
Poco tiempo después pudimos observar las radiografías que se tomaron durante el procedimiento , ¡hasta las tijeras quirúrgicas salieron! , y se veían muy impresionantes . Como médico otorrino, el Tío Reynaldo podía entrar a la sala de residentes de los quirófanos y así mantenernos al tanto cuando aconteciera algo importante.
Mi papá y yo estuvimos en el hospital casi todo el día, el nosocomio era completamente nuevo ,en ese 1987, cuando el Grupo de Olegorio Vázquez tenía a punto las acciones y estaba creando la división salud.
El diseño del Hospital dejaba mucho que desear, ya que no tenía ventanas ni ventilación, dando la sensación como de encierro.
Ya estabamos harto del sonido del elevador cuando llegaba, ¡daban ganas de golperalo!, pero siendo un hospital era mejor controlarse.
Luego de una comida algo insipida subimos al cuarto, para esperar noticias. Nos informaron que ya habían terminado, ya estaba en recuperación. También supimos de la técnica utilizada , que por lo menos para mí resultó muy dramática . Le rompieron 4 huesos para poder arreglar las lesiones que tenía.
Durante un tiempo utilizaría aparatos especiales en las piernas, y debía estar acostado, una vez que salió del hospital tuvieron que cargarlo. Durante su recuperación estuvo en casa de la abuela Lupita.
Se recuperó muy pronto y regresó a Córdoba a continuar con su carrera de administración de la que se titulo poco tiempo después.
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