Treinta años sin mirarla,
y aún mi corazón arde por ella,
deseando reencontrarla
en algún carousel musical
para que cabalgue a mi lado
la filosofía de la vida,
esa es Elisa,
La Princesa de la Vista.
Todavía en mi pensar,
Ale Amador suele galopar
en bonito caballo blanco,
me enseña a andar la existencia
a rienda suave, lenta y acelerada.
La inspiración me prende
Cuando hablo de Paulina Faidella,
niña de excelencia ranchera,
personaje de telenovela,
que mi corazón sigue calentando.
Hasta la linda María,
la de Jorge Issacs
logró enamorarme,
su voluntad es liderazgo,
su bondad digna de admirarse.
La talentosa Vale
poco a poco en mi se fue metiendo,
haciéndolo todo bonito.
Muy alto está en un pedestal,
y si la pudiera besar,
ah que placer celestial
Debby Rayan
endulza mis pensamientos,
asalta cunas me podrían llamar,
pero de algún modo
la he de adorar.
Sueños vienen, sueños van,
pero en ellos siempre aparecerán
muchas vaqueras
que me invitan a montar.
Elda me atrapó,
más que terapista fue maestra,
amé su belleza,
tanto que mi curación
fue casi perfecta.
Las musas también cabalgan
en corceles de plata,
con el espíritu muy en alto,
y la aventura a flor
de piel.
Y siguen montando
en corceles de poesía,
en alazanes literarios,
en azabaches mágicos.
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