Al Dr. Gutiérrez
La flaca lo alcanzó de repente,
y sin ningún desaire
en el panteón ortopédico lo fue a dejar.
El gran galeno ideó un remedio…
gritarle a la catrina:
Dame otra oportunidad,
respondiendo a la catrina
te compongo los huesos a la mitad,
y la catrina, sin reparos
lo dejó retornar.
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