Viajar en el tiempo
Puede sonar disparatado,
Más Steven Spilberg
Logró realizarlo.
Le basto un auto Delorean,
un científico loco
y un joven soñador
para hacer realidad su
fantasía,
que fue una trilogía
esencial en los ochenta,
John Williams, autor del
tema musical
Que siempre emociones
aporta,
y los atrevidos experimentos
del Dr. Emmet Brown
que aportan soluciones,
otras tantas complicaciones,
alteraciones en eventos
posteriores.
El condensador de flujos,
pieza básica
para alimentar el cerebro de
este auto futurista,
el plutonio, combustible
necesario
para alcanzar 88 millas por
hora ,
y así poder lograr la
carrera de la historia
Interesante suele ser
Observar el pretérito,
treinta años adelante,
treinta años atrás,
pero cuidado!!! … con
encontrarse con uno mismo
en acciones futuras…,
eso corrompe el presente.
La aventura inicia en 1985
terminando en 1885,
tres años donde el Dr Brown
y Marty
enfrentan sus realidades,
se trata de ciencia ficción,
realizada con calidad,
liberando positiva
adrenalina,
y tensión al mismo tiempo.
Magia y maestría,
como sólo los Universal
Studios pueden realizarlo,
líneas del tiempo que se
quiebran,
que hay que luchar para
repararlas,
cintas atemporales
que jamás serán vejestorios,
pues están pletóricos de
energía,
y con la llegada de nuevas
tecnologías
merece la pena hacer un
remake.
El Sr. Spilberg obtiene diez
en este arte por él creado,
cuya enseñanza final es:
El
futuro todavía no se ha escrito,
de
nosotros depende forjamos uno bueno,
con acciones de lucha ,
con actitudes de cambio
en el aquí y el ahora.
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