Evocando al Tío Ramón

Ya no estás en este mundo,
sin embargo aún oigo tu voz,
aquí dentro de mi alma,
en mis sueños eres personaje inefable.


Recuerdo tus canciones predilectas,
cómo gozabas mezclando discos,
organizando travesuras en Oaxtepec,
que orgulloso te sentías de tus perros.


Me diste valiosos consejos,
pon siempre en cero el volumen de tu modular,
de lo contrario tronarás las bocinas,
y te quedarás sin deleite musical.


Y aquella nochebuena,
cuando me asignaste una bella tarea,
preguntarme cada navidad,
qué hiciste mal, que hiciste bien,
qué te falta por hacer,
fuiste un extraordinario filósofo.

Tu lema fue Haz el Bien,
alegría jamás te falto,
siempre el ánimo nos levantabas,
cuando nos abatía la tristeza.

Un tipazo fuiste,
un tipazo seguirás siendo,
tu imagen sigue viva,
nunca dejaremos de pensarte.


Te vemos en cada momento,
en cada viaje disfrutado,
en cada melodía,
que nos recuerda tu legado.


Cada ocasión que escucho,
Desde que tu te has ido,
y My Way,
las lágrimas acuden a mis ojos,
son tu auténtica remembranza.


Eres luz, fuerza, motivación,
nuestras vidas aún iluminas,
con la magia de tu alma,
con tu altruismo maravilloso,
jamás escatimaste recursos,
para ver a tus gentes sonreír.


Hace cinco años,
que te nos fuiste,
repentinamente Dios te llamó,
más no nos has abandonado,
estás presentes en las memorias.

Un lustro sin tu presencia,
sin estrechar tu amistosa mano,
no obstante desde ésas lindas estrellas,
siempre nos mirarás,

Por eso Tío Ramón,
hoy venero tu recuerdo,
que desde los cielos desciende,
estás en los archivos,
de mi memoria magicamente atemporal.