A cierta catedrática.
del Colegio Romera
la huesuda la tomo la medida
mientras sus clases daba.
la flaca le susurró.
Necesito una abogada
en el más allá
por lo tanto ya te voy a llevar!!.
Y a pesar de sus argumentos
a nuestra madrina de generación
la calaca le dio un torzón
colocándola sin dilación
en la morada de los abogados distinguidos.
Desde ahí sus clases impartirá
a las almas que clamen por justicia.
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