Ganas tengo
de no bajarme
de sus preciosos caballos,
que me llevan por mundos encantados.
Hay colorados, bayos, rosados,
y alazanes espirituales
que estimulan mil emociones.
Montarlos da alegrías,
galopando la fantasía,
a los corazones prenden
sus filosóficos trotes.
Las almas galopan,
buscando vaqueras primorosas.
Porque cada carousel
sabe inspirar,
y sobre montura motivacional
sublime arte será.
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