Estábamos Ricardo, mi papá, mi mamá y yo esperando en el aeropuerto de Houston el vuelo de regreso a México. En ése tiempo, 1982, Pan American volaba con sus 747 entre México y Houston para luego, continuar a Londres.
Pronto nos anunciaron que nuestro vuelo se retrasaría un tiempo considerable .La salida estaba programada para las 23 horas, apenas eran las 20.
Tuvimos que pasar esta larga jornada en la terminal aérea.
El tiempo pasó y llegó la hora de partir hacía nuestra realidad y dejar el mundo ideal de Houston . Yo estaba muy dormido . En el momento en que cruzamos el túnel telescópico hacía el avión, un agente negro me pidió el pase de abordar , yo le di la mano como despidiéndome de él . El funcionario de Pan Am estaba muerto de risa, pues habrá pensando que le estaba diciendo adiós a esta gran ciudad de la medicina, la petroquímica y el espacio.
Finalmente llegamos a México . Yo ni sentí el vuelo , me dormí profundamente . Cuando desperté , el avión estaba en posición en el Benito Juárez.
Esta fue una de las anécdotas más divertidas de mi vida, que no me da vergüenza contar, ya que he aprendido a reírme de mí mismo.
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